(Escrito realizado por Sergio Martínez para la revista Ring Side)
Si el miedo es algo que todos sentimos, quién es más valiente ¿el que no lo muestra y no lo afronta o el que lo afronta pero si lo muestra?
Ese extraño deporte llamado boxeo
Estoy en vuelo. Este trozo de metal me lleva por los aires sobre el oceano Atlantico y estoy a treinta y tres mil pies de altura. Aun hoy, como cuando niño pensaba, como tal ser mecanico tan solo por emular a las aves en su forma, puede levantar vuelo. Como es posible..? Esa pregunta está aun depositada en mi cabeza. Quiza, ese niño que fui, aun lo sigo siendo. Tal vez, los pasos que poco a poco fui dando dia tras dia, dejando tras de mi no solo un pasado lleno de lodo y escarcha en mis manos y mis pies, plagado de films de ciencia ficcion dentro de mi mismo. Cuando aun mis silencios no producian milagro alguno, ni se enfrentaban a la vida, tal vez hoy se manifiestan, explotan y se magnifican. Digo tal vez, tan solo por no hacer alarde de algo que tengo tan claro como los latidos de mi corazon empujando mi sangre dentro de kilometros de venas que dan vida a mi cuerpo. Lo se, hoy el milagro se cumple. Lo cumplo. Mis ideas, expulsadas con furia hacia mis puños hacen el trabajo sucio. El arduo y espeso trabajo del ejecutor clavando un garrote vil y ajusticiando a su victima. Eso son mi manos.
Hoy, el pibe embarrado de Claypole que fui, golpea y lo hace con la sabiduria de quien tras un refinado trabajo de perfeccionamiento, aprendizaje y enseñanza deportiva, acepta las leyes internas porque le convienen fingiendo que el cerebro se desentiende del tema tanto como yo. La sed por ver gota a gota el declinar de un semejante hasta verlo agonico pidiendo clemencia, rogando por salvar su humanidad, hasta enterrar sus rodillas en una jaula para perros salvajes es ni mas ni menos que el territorio por el que se pasea. Mi hogar.
El boxeo me da las reglas. Yo, juego a disfrazar mis armas, escondiendolas de la vista de mi”oponente”.
“Es extraño esto del boxeo”, me dije alguna vez. Me gano la vida cual jornalero intenta sobrevivir en el dia a dia, cual ave rapaz lleva a sus crias una tras otra las lombrices que saciaran un hambre logico, constante y necesario. El ave rapaz no caza lombrices porque tiene crias, caza porque es su naturaleza de rapaz. Entonces, porque boxeo yo?
Es extraño porque debo golpear, derrumbar y liquidar a un ser de carne y huesos. Padre o hijo de tal o cual vecino. Luego celebrar la ejecucion con mis afectos mostrando mi interior mas intimo, con sentimientos, risas y llantos. Es extrañamente bonito porque soy en este instante el mismo que antaño dio su vida frente a algun leon en aquel gigante de piedra caliza, en aquel coloso romano, ensordecdor por almas vacias que clamaban sangre. Lo se, soy el mismo. Como ustedes, como todos.
Recuerdo mi infantil epoca de silencio casi absoluto y lo veo como quien ve gotear un trozo de hielo. Un glaciar interminable que solo el fuego del dios sol pudo acelerar su devenir. Y ahi dentro de ese iceberg, me encontraba yo, congelado e inmovil pero a resguardo. Oculto, escondido, e intentando no salir a la luz. Mientras, en mi yo interior algo se movia. Y sudando el frio de un escudo que mi propio egoismo creó, probé con derramar mas de una lagrima encubierta. Y funcionó, vaya si funcionó. Cada gota era un pensamiento. Un pensamiento en un mar infinito y poderoso, al principio perdidos en un inmenso suspiro apagado e inerte donde las ideas parecian escabullirse hasta desvanecerse entre las olas de ese oceano. Luego, poco a poco ese hielo que fui, perdio su estado. Su masa corporea era otra, dejando ante si los huesos recubiertos de carne hambrienta de tiempo perdido. De distancia por recorrer, de pasos por caminar. Materializé mi interior a base de ideales. Di forma a mis principios desde la mas baja, llana y solida de mis bases. Derretí, moldeé y fortifiqué mi exterior, comencé a eliminar de mi egoismo mis propias banalidades. Y aposté la vida a mis fantasias oniricas. Porque un sueño en un cuerpo que no corresponde es menos que un solitario despertar en la noche. Es la nada en el vacio mismo de la soledad. Pero, en mi cuerpo actual, en mi persona que hoy soy siento ser poderoso de espiritu y alma gracias a ellos.
Hoy, “milagro” es la culminacion de un sueño. Y los sueños y milagros estan ahi, al alcance de mi mano para materializarlos.
El mismo niño que otrora fui, golpea mi equilibrio de vez en cuando, me desestabiliza porque quiere saber mas. Quiere saber porque este gigante de acero piloteado por fragiles mano humanas se eleva mas sin titubeos. Quiere sacar a la luz otro milagro gestado en mi interior. Comenzando en mi mente, pasando por mi corazon y llevado a los puños.
Ahora, este vuelo que une Madrid con Los Angeles, me llevará a mi jaula de perros salvajes. A mi rutina de infinitas horas de soledad en un cuadrilatero estudiando, diagramando y ensayando mis pasos de baile con lobos hambrientos de corderos. A mis metodos de oscuras acciones humanas pero muy puras en el llamado noble deporte.
Hoy el hielo, desapareció de mi cuerpo y de mi alma. Soy luz, soy fuego, soy furia contenida en busca de una justicia verdadera. De mi “Victoria” de esta y todas mis vidas. Una y otra vez las vidas inconclusas se repiten. Que me habré dejado en el tintero en mi pasado que hoy vuelvo a pelear..?. Esas vidas que alguna vez siendo luchador, peleador o gladiador enfrenté hace ya muchas memorias observadas en retrospectiva. Muchos pasados olvidados. Hoy ese tiempo atras es mi futuro y comienzo poco a poco comprender porque este viaje al norte de nuestro continente tiene ese especial sabor a revancha. Es la historia quien se entromete donde no la llaman, “ella” tiene nombre de estadistica insensata. Mi memoria es la que no olvida, y quien me condena a portar esta balanza llamada justicia. Lo hago por mi. Porque soy un atleta que quiere batallas, un guerrero que anhela competencias. Porque soy un todo de lo que fui, en mi mismo. Porque quise ser como Alí pero no pude volar como mariposa y menos picar como una avispa. Como Monzon y tampoco, nunca tuve una escopeta a mano. Hoy comprendo mi juego en esté tiempo. En el presente que acaba de pasar. Soy conciente que tengo nombre y apellido. Pero mi identidad no tiene numeros ni letras. No tiene registro tangible ni peso especifico. Mi identidad escribira con mi propia sangre a partir de este quince de Julio que soy un guerrero dispuesto a dar la vida durante ocho semanas sin pausas ni respiro. Hoy el monstruo que llevo dentro despierta y sale al ruedo. Estoy con sed. Con hambre. Y la batalla va a comenzar. Jugare mis bazas, mis cartas y mis dados. Pero son diez dedos que clavaran su sello en el rostro de J.C.Chavez Jr.
Aun es pronto para hablar de él. Aunque en mi entrecejo llevo grabado un objetivo. Y dicha meta, como dije una vez, no tiene pergaminos, ni cintos que envuelvan mi cintura. De hecho solo es un reconocimiento sin firmas ni sellos, pero con nombre propio de moneda britanica multiplicada por si misma. Y ahora, alguien de carne y huesos se interpone entre mi objetivo y yo.
En un ring de Las Vegas saldaremos cuentas. Sobre un cuadrilatero con huellas pesadas en su lona. Mito y verdad recorrieron centimetro a centimetro sus cuatro lados, golpeando hasta las esquinas.
“El ring es demasiado pequeño para nosotros dos, Julio Cesar. Mi vida entera dare para borrarte de él…”
Sabes que estoy dispuesto, pero no sabes a que estoy dispuesto. Ahi tienes trabajo, mucho por resolver.
El vuelo sigue su curso. El piloto acaba de informar sobre turbulencia. Este trozo de metal no deja de sacudirse y yo no dejo de presionar el teclado para no pensar en ello. Estoy sudando… Y gota a gota siento que en ella mis pensamientos florecen. Digo florecer.. Y esa palabra insinua ser la mitad de lo mas cercano a mi felicidad. Mi felicidad en mi vida de competidor se concreta con una Victoria con mayuscula.
Florecer es dejar atras el lugubre silencio en mi interior. Gracias hoy a encontrar mi identidad, mi camino y mi destino soy lo que soy. Un hombre con muchas inquietudes y algunas pocas respuestas. Respuestas con nombres propios venidos desde el sur de nuestro planeta, respuestas traducidas a inspiracion, inspiracion igual a victoria.
Este viaje a Norteamerica sera inolvidable. Una vez dije”volveré para triunfar porque este es mi destino y mi lugar”. Las Vegas me espera. El trabajo tambien, y aqui estoy.
Mis ultimas palabras en Argentina fueron: “Doy mi vida por ustedes”… Ahora, es mi turno de demostrarselos.
Hasta la victoria siempre.
Sergio G.Martinez
Fotografía: Montse Castillo /Texto: Sergio “Maravilla” Martinez