Todo se para un momento. Sientes que las cosas no funcionan. Que el control de tu cuerpo y de tu mente no te mantiene por encima de él. Quizás puedes pero sientes que no eres capaz. Esos minutos en la esquina. Cierras los ojos. Intentas conectar. Si miras hacia tu interior solo sientes cansancio y te encuentras perdido. Entonces oyes esa voz — casi le tienes, aguanta un poco más — da calor, da confianza, da fuerza. Y como si se tratara de una hipnosis, te entregarás a un asalto más.
Fotografía y Texto: Montse Castillo