De camino al vestuario, el pasillo se hace interminable. Solo deseo sentarme. Mi cabeza es un nido de abejas. Apenas consigo oír la voz de mi entrenador.
–Yo no te enseñé a pelear así. ¿Qué crees que estabas haciendo?
[Silencio]
–Hemos hablado de esto una y mil veces. Si sigues así solo conseguirás acabar sonado.
–No te proteges. Te mueves sin sentido o no te mueves. Peleas con el corazón, no con la cabeza.
[Silencio]
–Te dejas machacar y las pocas veces que sacas una mano lo haces con furia pero no aciertas. Ni siquiera eres capaz de verle.
–Yo no te enseñé a pelear así…
[Silencio]
Casi no le oigo. Son muchos años cuidando de mí. Pero hoy casi no le oigo. Veo la decepción en su rostro y encojo el corazón, quizás lo único que soy capaz de mover en estos momentos. Hoy mi vida tiene peor sabor que la sangre que estoy tragando ahora de mis dientes. Ciertamente, él no me enseñó a pelear así.
–Estoy hablando contigo !
Su mano me gira bruscamente la cabeza. No hay nadie más en el vestuario. Solo él y yo. Pero siento miles de miradas gritándome lo mismo.
Sus ojos se clavan en los míos, casi cerrados por los golpes
–No tienes nada que decir…?
–Me he cansado de verte perder así…
[Silencio]
––No valgo para esto…
[Silencio]
–Sí que vales, pero no consigo que te lo creas …
[Silencio]
––Puede que tengas razón, entrenador . Estoy cansado de equivocarme y hoy solo siento que no quiero volver a pelear…
–Descansa, chico … Hoy no es buen momento para tirar la toalla …
Jonatan Piedra
Me gusta, aunque para mí (que no tengo ni idea de boxeo) baja el nivel con las dos frases finales. Me quedo con la línea “y encojo el corazón, quizás lo único que soy capaz de mover en estos momentos”.
Lady Boxing
Buena apreciación. Gracias!
Quizás se podría decir de otra manera. Pero en la historia es necesaria.