textoMontse
INVISIBLE
Están bien esos instantes en los que uno permanece arriba. Ese poder que te da estar por encima de tus enemigos, de tus adversarios. Sin embargo cuanto más breve, más improvisado es ese momento, más efectivo y satisfactorio se vuelve.
No se trata de que te vean luciéndote ahí arriba, si no de que sientan los efectos por haber estado ahi. Movimientos tan rápidos como para volverte invisible pero de consecuencias palpables..
Deberíamos probarlo en la vida real. Funciona!
Corazón de Dragón
La vida moldea nuestro cuerpo, nuestro carácter, ablanda o endurece nuestro corazón pero hay algo que permanece con nosotros y posiblemente perdura más allá de nosotros.
Aprendemos a pelear, aprendemos a esquivar, a levantarnos, a golpear. Esto no nos hace distintos. Nos admiran por nuestra técnica, por nuestra dureza, por nuestra habilidad y llegamos a ser reyes en un ring .
En el combate de la vida eso no basta para hacerte grande. Cuando estás en lo más alto todo está a tu favor. Las dificultades se hacen superficiales porque solo basta pedir para tener. Un trono que te dan y te quitan sin ningún escrúpulo.
Entonces te das cuenta de qué es lo que te hace grande, lo que te está dando realmente el poder. Ya te has visto solo y no te ha dado miedo. Sin apoyos, sin medios, solo el corazón de dragón que llevas dentro. ¿ Quien podría arrebatarte eso?
En estos momentos de gloria, rodeado de gente que dice admirarte aunque no te ven, que te apoyan por beneficio propio, ahora que la vida es más fácil, el dragón descansa. Volverá a despertar ante el rival más poderoso, ante la situación más complicada. Por ello eres digno de esa corona, digno de ese trono.
Quiero andar descalza
Hay momentos en la vida de una persona que te hacen valorar lo que eres. No porque te valoren los demás, si no porque todo lo que has vivido te ha enseñado a exprimir, saborear, sentir hasta lo más profundo una situación inesperada, nueva, en la que pensabas no sabrías cómo moverte.
La satisfacción personal de vivir algo nuevo de forma tan profunda, la sensación de crecimiento y madurez ante un momento de aparente locura.
Hay cosas que no te da la experiencia, si no la suerte de haber decidido abrir el alma y sentir descalzo el suelo que pisas.
Marionetas del Destino
Todos recordamos algún momento en nuestra vida en el cual empezamos algo. De nosotros se apodera la ilusión, la inseguridad, el miedo, la pasión. Estamos perdidos. Actuamos como marionetas de un destino que desconocemos totalmente. Algo nos impulsa a estar ahí. Alguien nos convence de que valemos para ello. Y solo el tiempo nos modelará para seguir o no.
Primeros momentos de algo importante en nuestras vidas. Al igual que el primer beso, la primera vez que subes a un ring es algo que no se olvida.