(Con todos mis respetos hacia un campeón – Sergio Martínez , reflejo palabra por palabra su escrito, el cual me ha parecido una buena historia)
El porvenir de un hombre no está en las estrellas, sino en la voluntad y en el dominio de si mismo.
William Shakespeare
CUANDO ERAMOS REYES
Disculpandome ante Muhamad Ali comienzo escribiendo, Por el titulo mas que nada y quiza, por el espacio en el trono sustraido tan solo por un momento. Pero debo confesar que para mi, este momento es eterno.
Y si, asi corresponde comenzar este agradecimeinto, en forma de relato, o este relato en forma de agradecimiento. En forma de historia narrativa sobre una noche inolvidable, una noche en la que fuimos mayoria, en la que fuimos anarquia en el imperio del gigante, esa noche en la que todos los presentes fuimos reyes por un dia.
Dias atras dije, en un relato de los mios, que”el 12 de Marzo de 2012 seria un dia inolvidable en lo que me resta por vivir en esta vida.”
Lo dije, porque asi lo sentia. Lo senti, porque asi lo sabia. Lo supe, porque asi lo soñaba.
Estabamos en vestuarios y”Calle 13″ me acompañaba mucho mas en el sentimiento que en el ritmo cardiaco. Mis 55 pulsaciones por minuto eran la prueba de que menos el ritmo, en mi interior todo pasaba a raudales, vertiginosamente. Al charlar con mi equipo, el ambiente era entre jubilo y confianza. No era para menos, 9 semanas de trabajo a nuestro estilo a cuestas dan confianza al mas ciego pesimista. El optimismo, las risas y la maxima concentracion son una religion cuando voy a combatir. Ya habrá tiempo para ponerse serios.
La salida al ring fue gloriosa, mas que nunca me senti un gladiador. Miles coreando mi nombre, y el de mi rival. El estadio explotaba. Desde mi perspectiva, fue comenzar la aventura mas fantastica de mi vida. Me sentí feliz. Por un instante grité emocionado a todo mi equipo que atonito me observaba..”Miren lo que es esto por dios!! Salté para ver algo, intenté espiar mas arriba de los primeros grupos de personas exaltadas esperando la llegada de Macklin y mia. No me dejaban ver mas allá, todos saltaban.
Mi ritual de entrada fue otra vez el mismo. Mirar a todos los que puedo a los ojos. Sentirme mas fuerte aun y entrar al cuadrilatero.
El comienzo del combate, tras un”Good Luck” y choque de guantes fue el contrario a lo esperado dada la caracteristica de mi rival. Matthew Macklin salió a esperarme. Nunca esperó a nadie, pensé, está haciendo una pelea incomoda. Supe que debia llamar la atencion de sus puños con una”supuesta”distancia media. Se creyó el cuento, poco a poco comenzó a intentar sumar mas y mas golpes. La gran mayoria dibujó estelas en el centro del emblematico ring.
Los asaltos de estudio fueron un pasaporte a lo que vendria. Aprobé con dominio sutil mientras el cometido era otro. No busqué la automatica destruccion del britanico, realicé la construccion de un nocaut desde las bases mas resistentes.
…Y si, como dije antes, todo comenzó a gestarse con un sueño, un sentimiento mas fuerte que mi propio cuerpo exterior. Ese deseo del niño en brazos que solo pretende caminar. Eso que anhela quien camina y necesita correr. Eso que soñé al dar mi primer golpe fue lo que me trajo hasta la cuna y templo de mi profesion. Donde se escribió con hilos de sudor y sangre a puñetazos limpios la historia del boxeo. Donde en blanco y negro o a color 16 cuerdas atrapan por un instante en un suspiro de la noche a dos guerreros luchando por vivir, por triunfar, por no morir.
Y esa noche todo valió la pena. Las horas en las montañas cuesta arriba, robandole paso a paso la distancia que me separaba del silencio a la algarabia, de la noche de los brazos en alto, del puño apretado y de mis ojos empapados en gloria.
La noche del Madison. Esa noche me sentí rey.
Ese instante donde lo primero que pude gritar fue el nombre de mi pais. Mi tierra. Con la brisa del aliento del espiritu latinoamericano arrastrado desde el sur de nuestro continente hasta dar de lleno en mi cara pude gritar”Vamos Argentina”, y se oyó. Sé que se oyó en los rincones de toda la extension donde debia llegar. Donde muchos mas que un puñado de rebeldes aguaron con sus gritos el fuego de San Patricio. Ese fuego que vestia de verde y queria robarse la voz con lo que acabó siendo un suspiro, apagado, vacio y derrotado, devorado por la desidia.
Tengo en mi piel aun el camino recorrido antes de llegar al gigante de New York, centimetro a centimetro trabajé, sudé y resistí lo que debia. Lo que podia. Lo que buscaba.
Nadie me dijo que seria facil, ni nadie me dijo cuanto faltaba para llegar aqui. pero ahi me encontraba.. Con el respaldo en mí de haber hecho las 9 semanas mas intensas que mi cuerpo pudo resistir. Con la sabiduria de quien sabe que su fortaleza no está en los puños, que la fuerza proviene de mi corazon. Y de todos los corazones alli presentes, dentro del recinto, o a la distancia. Todos estaban conmigo. Todos llenaron de energia inagotable cada gota de sangre y oxigeno que recorrian mis venas.
Valió la pena cada trozo de vendaje que recubrian mis lesiones, mis molestias y dolores. Los de un hombre de 37 años. Valió la pena estar lejos de casa. Echar de menos el despertar en mi hogar. Valió la pena porque grite un”te quiero vieja”desde lo mas profundo de mi corazon en el momento quiza mas emocionante de mi vida. Todo esto valió la pena. Todo lo que el boxeo me dió y me sigue brindando.
El combate..? El combate proseguia, los asaltos siguientes fueron un placer para mis pulmones. Respiraba el”azul clarito”que los cientos de habla hispana me ofrecian y que el muchacho nacido en Inglaterra me regalaba y facilitaba con sus dudas y titubeos. Desde el tercero en adelante manejé los movimientos, los momentos y las emociones a mi placer. Segun mi parecer, las emociones de Macklin estaban en mi manos. Jugué a boxear varios asaltos con un unico proposito. Desgastarlo fisicamente, ya que su mente estaba bajo control. Era solo 160 libras de carne lista para cocer a fuego lento. Y eso hice. Como un fruto debe madurar, poco a poco el nocaut estaba mas a mi alcance.
Gracias al boxeo, a mi boxeo estaba ahi, donde queria estar en ese momento. Este deporte me abrió los ojos, las puertas y las posibilidades. Esa noche Un santo irlandes avalaba la presencia de varios miles de europeos. Saint Patrick es el santo patron de Irlanda.
San Patricio para nosotros, es la fiesta religiosa que celebra el pueblo irlandes, el 17 de Marzo fue el dia en la gran manzana. Predomina el verde de su bandera en cada adorno, persona y calle por ser Irlanda alma y corazon de la madre patria del este norte americano.
San Patricio vistió esa noche de celeste y blanco porque es lo que mi pecho llevara grabado siempre, pero mas que nunca se oyeron los gritos latinos envolviendo con el calor de su espiritu hasta la obscuridad mas difusa y recondita que encierra el Madison. No quedo espacio verde sin cubrir con los vivos colores del fuego latinoamericano. Con las banderas de los cientos de argentinos que inundaron las gradas.
El corazon del combate fue un tramite. Mas o menos como lo esperaba. Con un boxeador empujado por los coterraneos que estaban en el recinto. Con fuerza y juventud. Sus armas de doble filo. Ese filo que acabó con las pretensiones demasiado”francas”en el ring de”Mack the Knife”Macklin. Cortado a la mitad promediando el combate. Deteriorandose a partir del minuto cero. Pero, dada la paciencia que me caracterizó en todo el pleito, recien desde el septimo comenzó a mostrar las secuelas de una”ficticia paridad”. Un engaño constante al que fue sometido y donde no mostró atisbo alguno de leer mi plan. Aunque, estuviese sirviendome en su mesa, de su plato. No interpretó la simple lectura que debia ver. Lo obligué a trabajar, y trabajo. Lo obligué a atacar y, a cuenta gotas pero lo hizo. Terminó por atacar cuando creia tener algo de control. En el septimo asalto ese cruce de piernas, otra vez ese movimiento o ese fallo mio me envio a la lona. Anecdotica caida. Anecdotica pero que sumó un punto al irlandes, le dió fuerzas animicas… Aunque, otra vez su fuerza le jugó en su contra. No aprendia la leccion. No se enteraba que su desgaste era inversamente proporcional a mi crecimiento, frio, calculado, metodico e incisivo. Olvidó que eran 12 los asaltos..? La juventud de la mano con la inexperiencia hicieron su trabajo y echaron por tierra con las ambiciones del joven europeo. Me gusta darle este termino de”joven”oponente. Me hace sentir mayor, me hace sentir grande. Pero no me hace sentir viejo. Grande en estos tiempos donde necesito ser cada dia mas y mas grande, porque las circunstancias asi me lo exigen.
A modo de tributo digo al mas grande digo.
Fue esa la gran noche en que sentí ser rey. Con o sin corona, con o sin palacio. Tan seguro estoy que ni por el rojo o azul de la sangre llenando mis venas, ni por el trono robado ese instante a Muhamad Ali, esa noche la pequeña gran minoria fuimos mayoria. Fuimos reyes por un dia. Ese 17 de Marzo de 2012 fui rey porque esa noche triunfó la anarquia. Donde el puñado de latinos impactó el corazon de San Patricio.. Donde el acento que mas fuerte se oyó fue el nuestro. El mio. El que late gracias el fresco aire cordillerano del”nuevo continente”
.. Y si, valió la pena.
Valió la pena la espera. Los sudores, los dolores, el destierro y algunas lagrimas pasajeras. El Madison hace que todo valga la pena. Ni Macklin con su derrota a cuestas podrá decir los contrario. Ni sus ojos morados o haber besado la lona, todo vale la pena en este templo . Si quedar en la memoria le costaria caer derrotado, se que el irlandes debe estar enchido de orgullo.
Valio la pena hallar la inspiracion en los rincones mas rebuscados. Eso, a estas alturas está siendo un reto cada dia mas dificil, escurridizo y complicado.Cada combate es un desafio a mi mismo, a mi yo mas egoista y marginal. A mi mas intimo enemigo, ese que tiene”el cuerpo pesado y el ego elevado al cuadrado”. Hoy en mis combates mi motivacion tiene “V de Victoria”. Como nombre personal y como fuerza emocional. Conquistarla es una quimera que no dajaré escapar. Sigo y sigo con este sueño de llegar a lo mas alto, sin paradas ni descansos, Sin reposo, solo luchando por conseguirla hasta la eternidad. Hasta quedar grabado en la memoria, en sus memorias.
No hablo de virtuosismo ni de fe en magicas pociones, solo hablo de trabajo y de sacrificar lo que ya se supone, lo que ya entregué y seguiré dando. V de victoria se escribe con Mayuscula y se graba mas fuerte cada dia en mi corazon. Esa fuerza que en los ultimos meses cambió mi vida, cuando el verdadero sentido apareció señalando mi destino en un rostro risueño venido desde nuestra America mas sureña.
Con mis 37 inviernos sentidos en cada articulacion. Pero con la fuerza que me da la conviccion de saber que en cada latido es mi sangre la que golpea las puertas de la gloria. En cada gota de sangre argentina, de habla hispana y latina. Se que no estoy solo en esta aventura. Venimos, mi corazon, mi mente y mi espiritu combativo, empujado por miles y miles de almas anonimas con sus gritos y sentimientos. En este desafio, soy conciente que todo concluye al fin, y que todo tiene un recorrido, de punta a punta y de principio a fin.. Nadie muere en visperas, por eso debí noquear a Matthew Macklin en el asalto undecimo. Me lo dijo al oido mi vieja experiencia. Que no es muy sabia, pero si muy vieja. Y casi todo está dicho. Tuve aplomo, frialdad y concentracion. Explosion en el instante necesario. Tuve lo suficiente para conquistar el reino de la octava avenida. El imperio donde se escribiira por siempre con hilos de sudor y sangre el glorioso destino de los guerreros que buscan la verdad. Que buscan traspasar la historia quedando en la memoria. El trono donde esa noche fui rey.
Ahora, ya pasada la noche esperada. Analizo con la misma frialdad con que me muevo con los Cleto Reyes en mis puños entre esas 16 cuerdas. Solo tengo palabras de agradecimiento.
A mi equipo, sin lugar a dudas tan competitivo como las necesidades lo requieren. Mi entrenador, quien con su cuota de sacrificio y sabiduria me facilita el trabajo. A mi madre por acompañarme siempre. A todos los Latinos, entre ellos todos mis compatriotas que aqui y alla gritaron y me apoyaron. A Rene de Calle 13, por la inspiracion en sus palabras de apoyo mas que nunca, gracias hermano.
Y por sobre todo, a mi gran motivacion. Mi inspiracion tiene en medio V mayuscula de Victoria.
Hasta la victoria siempre.
Sergio ” Maravilla” Martinez
Y si, asi corresponde comenzar este agradecimeinto, en forma de relato, o este relato en forma de agradecimiento. En forma de historia narrativa sobre una noche inolvidable, una noche en la que fuimos mayoria, en la que fuimos anarquia en el imperio del gigante, esa noche en la que todos los presentes fuimos reyes por un dia.
Dias atras dije, en un relato de los mios, que”el 12 de Marzo de 2012 seria un dia inolvidable en lo que me resta por vivir en esta vida.”
Lo dije, porque asi lo sentia. Lo senti, porque asi lo sabia. Lo supe, porque asi lo soñaba.
Estabamos en vestuarios y”Calle 13″ me acompañaba mucho mas en el sentimiento que en el ritmo cardiaco. Mis 55 pulsaciones por minuto eran la prueba de que menos el ritmo, en mi interior todo pasaba a raudales, vertiginosamente. Al charlar con mi equipo, el ambiente era entre jubilo y confianza. No era para menos, 9 semanas de trabajo a nuestro estilo a cuestas dan confianza al mas ciego pesimista. El optimismo, las risas y la maxima concentracion son una religion cuando voy a combatir. Ya habrá tiempo para ponerse serios.
La salida al ring fue gloriosa, mas que nunca me senti un gladiador. Miles coreando mi nombre, y el de mi rival. El estadio explotaba. Desde mi perspectiva, fue comenzar la aventura mas fantastica de mi vida. Me sentí feliz. Por un instante grité emocionado a todo mi equipo que atonito me observaba..”Miren lo que es esto por dios!! Salté para ver algo, intenté espiar mas arriba de los primeros grupos de personas exaltadas esperando la llegada de Macklin y mia. No me dejaban ver mas allá, todos saltaban.
Mi ritual de entrada fue otra vez el mismo. Mirar a todos los que puedo a los ojos. Sentirme mas fuerte aun y entrar al cuadrilatero.
El comienzo del combate, tras un”Good Luck” y choque de guantes fue el contrario a lo esperado dada la caracteristica de mi rival. Matthew Macklin salió a esperarme. Nunca esperó a nadie, pensé, está haciendo una pelea incomoda. Supe que debia llamar la atencion de sus puños con una”supuesta”distancia media. Se creyó el cuento, poco a poco comenzó a intentar sumar mas y mas golpes. La gran mayoria dibujó estelas en el centro del emblematico ring.
Los asaltos de estudio fueron un pasaporte a lo que vendria. Aprobé con dominio sutil mientras el cometido era otro. No busqué la automatica destruccion del britanico, realicé la construccion de un nocaut desde las bases mas resistentes.
Y esa noche todo valió la pena. Las horas en las montañas cuesta arriba, robandole paso a paso la distancia que me separaba del silencio a la algarabia, de la noche de los brazos en alto, del puño apretado y de mis ojos empapados en gloria.
La noche del Madison. Esa noche me sentí rey.
Ese instante donde lo primero que pude gritar fue el nombre de mi pais. Mi tierra. Con la brisa del aliento del espiritu latinoamericano arrastrado desde el sur de nuestro continente hasta dar de lleno en mi cara pude gritar”Vamos Argentina”, y se oyó. Sé que se oyó en los rincones de toda la extension donde debia llegar. Donde muchos mas que un puñado de rebeldes aguaron con sus gritos el fuego de San Patricio. Ese fuego que vestia de verde y queria robarse la voz con lo que acabó siendo un suspiro, apagado, vacio y derrotado, devorado por la desidia.
Tengo en mi piel aun el camino recorrido antes de llegar al gigante de New York, centimetro a centimetro trabajé, sudé y resistí lo que debia. Lo que podia. Lo que buscaba.
Nadie me dijo que seria facil, ni nadie me dijo cuanto faltaba para llegar aqui. pero ahi me encontraba.. Con el respaldo en mí de haber hecho las 9 semanas mas intensas que mi cuerpo pudo resistir. Con la sabiduria de quien sabe que su fortaleza no está en los puños, que la fuerza proviene de mi corazon. Y de todos los corazones alli presentes, dentro del recinto, o a la distancia. Todos estaban conmigo. Todos llenaron de energia inagotable cada gota de sangre y oxigeno que recorrian mis venas.
Valió la pena cada trozo de vendaje que recubrian mis lesiones, mis molestias y dolores. Los de un hombre de 37 años. Valió la pena estar lejos de casa. Echar de menos el despertar en mi hogar. Valió la pena porque grite un”te quiero vieja”desde lo mas profundo de mi corazon en el momento quiza mas emocionante de mi vida. Todo esto valió la pena. Todo lo que el boxeo me dió y me sigue brindando.
San Patricio para nosotros, es la fiesta religiosa que celebra el pueblo irlandes, el 17 de Marzo fue el dia en la gran manzana. Predomina el verde de su bandera en cada adorno, persona y calle por ser Irlanda alma y corazon de la madre patria del este norte americano.
San Patricio vistió esa noche de celeste y blanco porque es lo que mi pecho llevara grabado siempre, pero mas que nunca se oyeron los gritos latinos envolviendo con el calor de su espiritu hasta la obscuridad mas difusa y recondita que encierra el Madison. No quedo espacio verde sin cubrir con los vivos colores del fuego latinoamericano. Con las banderas de los cientos de argentinos que inundaron las gradas.
Fue esa la gran noche en que sentí ser rey. Con o sin corona, con o sin palacio. Tan seguro estoy que ni por el rojo o azul de la sangre llenando mis venas, ni por el trono robado ese instante a Muhamad Ali, esa noche la pequeña gran minoria fuimos mayoria. Fuimos reyes por un dia. Ese 17 de Marzo de 2012 fui rey porque esa noche triunfó la anarquia. Donde el puñado de latinos impactó el corazon de San Patricio.. Donde el acento que mas fuerte se oyó fue el nuestro. El mio. El que late gracias el fresco aire cordillerano del”nuevo continente”
.. Y si, valió la pena.
Valió la pena la espera. Los sudores, los dolores, el destierro y algunas lagrimas pasajeras. El Madison hace que todo valga la pena. Ni Macklin con su derrota a cuestas podrá decir los contrario. Ni sus ojos morados o haber besado la lona, todo vale la pena en este templo . Si quedar en la memoria le costaria caer derrotado, se que el irlandes debe estar enchido de orgullo.
Valio la pena hallar la inspiracion en los rincones mas rebuscados. Eso, a estas alturas está siendo un reto cada dia mas dificil, escurridizo y complicado.Cada combate es un desafio a mi mismo, a mi yo mas egoista y marginal. A mi mas intimo enemigo, ese que tiene”el cuerpo pesado y el ego elevado al cuadrado”. Hoy en mis combates mi motivacion tiene “V de Victoria”. Como nombre personal y como fuerza emocional. Conquistarla es una quimera que no dajaré escapar. Sigo y sigo con este sueño de llegar a lo mas alto, sin paradas ni descansos, Sin reposo, solo luchando por conseguirla hasta la eternidad. Hasta quedar grabado en la memoria, en sus memorias.
No hablo de virtuosismo ni de fe en magicas pociones, solo hablo de trabajo y de sacrificar lo que ya se supone, lo que ya entregué y seguiré dando. V de victoria se escribe con Mayuscula y se graba mas fuerte cada dia en mi corazon. Esa fuerza que en los ultimos meses cambió mi vida, cuando el verdadero sentido apareció señalando mi destino en un rostro risueño venido desde nuestra America mas sureña.
Con mis 37 inviernos sentidos en cada articulacion. Pero con la fuerza que me da la conviccion de saber que en cada latido es mi sangre la que golpea las puertas de la gloria. En cada gota de sangre argentina, de habla hispana y latina. Se que no estoy solo en esta aventura. Venimos, mi corazon, mi mente y mi espiritu combativo, empujado por miles y miles de almas anonimas con sus gritos y sentimientos. En este desafio, soy conciente que todo concluye al fin, y que todo tiene un recorrido, de punta a punta y de principio a fin.. Nadie muere en visperas, por eso debí noquear a Matthew Macklin en el asalto undecimo. Me lo dijo al oido mi vieja experiencia. Que no es muy sabia, pero si muy vieja. Y casi todo está dicho. Tuve aplomo, frialdad y concentracion. Explosion en el instante necesario. Tuve lo suficiente para conquistar el reino de la octava avenida. El imperio donde se escribiira por siempre con hilos de sudor y sangre el glorioso destino de los guerreros que buscan la verdad. Que buscan traspasar la historia quedando en la memoria. El trono donde esa noche fui rey.
Ahora, ya pasada la noche esperada. Analizo con la misma frialdad con que me muevo con los Cleto Reyes en mis puños entre esas 16 cuerdas. Solo tengo palabras de agradecimiento.
A mi equipo, sin lugar a dudas tan competitivo como las necesidades lo requieren. Mi entrenador, quien con su cuota de sacrificio y sabiduria me facilita el trabajo. A mi madre por acompañarme siempre. A todos los Latinos, entre ellos todos mis compatriotas que aqui y alla gritaron y me apoyaron. A Rene de Calle 13, por la inspiracion en sus palabras de apoyo mas que nunca, gracias hermano.
Y por sobre todo, a mi gran motivacion. Mi inspiracion tiene en medio V mayuscula de Victoria.
Hasta la victoria siempre.